Código ético

 

El derecho a la salud va más allá de la prevención, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad misma y requiere que los pacientes vean afirmados otros derechos fundamentales como el respeto a la dignidad personal, de sus valores culturales y espirituales, de su libertad y de su intimidad e imagen personal. A su vez, los profesionales, al respetar estos derechos y valores, comprenden mejor las necesidades y revisten de un componente ético su práctica asistencial. La atención sanitaria es antes que nada una relación de dos personas (el profesional sanitario y el paciente) basada en la confianza, la eficacia y el respeto. El paciente es el eje del hospital y por ello, debe recibir una asistencia sanitaria de calidad y personalizada que ponga a su disposición los recursos técnicos y humanos que en ese momento pueda proporcionar el hospital de acuerdo a su enfermedad. Además, el paciente o, en caso de no ser posible, sus familiares debe ser informado de manera suficiente y comprensible sobre su proceso y nuestros servicios. Para ello se intenta mejorar la accesibilidad del sistema sanitario, se aumenta la comodidad del paciente durante su estancia en el centro favoreciendo la confortabilidad, un trato más humanizado y la reducción de las demoras, así como la mejora global en la prestación. 

El objetivo principal es lograr una atención de calidad que esté orientada al paciente y que implique de manera activa a todos los estamentos sanitarios, desde el gestor que financia los servicios, hasta el profesional que los provee. Es decir, alcanzar la “excelencia” en la prestación de los servicios. Con esta finalidad se  promueven medidas y valores como un trato más humanitario, la mejora en la seguridad de la asistencia prestada, la respuesta a las necesidades de información surgidas, la confidencialidad de los datos del paciente, la formación específica del profesional y la comunicación médico-paciente.

La atención sanitaria se presta teniendo en cuenta únicamente las necesidades médicas del  paciente, sin realizar distinciones en función de la renta, la edad, el origen, la religión, el sexo o el lugar de residencia del enfermo. Asimismo, la asistencia al paciente se basa en los estándares de calidad establecidos y está siempre encaminada a mejorar su estado de salud, evitándole riesgos adicionales y reduciendo al máximo su sufrimiento.

 

 

Los DERECHOS que tienen nuestros pacientes son los expuestos a continuación:

  • Recibir una atención sanitaria integral de sus problemas de salud, dentro de un funcionamiento eficiente de los recursos sanitarios disponibles.
  • Respeto de su persona, dignidad humana y intimidad, sin que pueda ser discriminado por razones de tipo social, económico, moral o ideológico. 
  • Confidencialidad de toda la información relacionada con su proceso, incluido el secreto de su estancia en centros y establecimientos sanitarios, salvo los casos en que por exigencias legales sea imprescindible.
  • Recibir información completa y continuada, verbal o escrita, de todo lo relativo a su proceso, incluidos diagnósticos, que serán facilitados en un lenguaje comprensible. Caso que el paciente no quiera o no pueda de manera manifiesta recibir dicha información, se proporcionará a los familiares o personas legalmente responsables. 
  • Libre determinación entre las opciones que le presente el responsable médico de su caso y será necesario su consentimiento  expreso previo a cualquiera actuación, excepción hecha de los siguientes casos:
    • Cuando la urgencia no permita demoras.
    • Cuando el no seguir el tratamiento suponga un riesgo para la salud pública.
    • Cuando haya imperativo legal.
    • Cuando no esté capacitado para tomar decisiones, en el caso el derecho corresponderá a sus familiares o personas legalmente responsables.
  • Negarse al tratamiento, excepción hecha de los casos señalados en el punto anterior, y en estos casos tendrá que solicitar el alta voluntaria.
  • Asignación de un médico, el nombre del cual ha de conocer y que será su interlocutor válido con el equipo asistencial. En caso de ausencia, otro facultativo del equipo asumirá la responsabilidad.
  • Constancia por escrito de todo su proceso. Esta información y las pruebas realizadas constituyen la historia clínica.
  • No se hagan en su persona investigaciones, experimentos o ensayos clínicos sin una información sobre métodos, riesgos y finalidades. Será imprescindible la autorización por escrito del paciente y la aceptación por parte del médico de los principios básicos y normas que establece la Declaración de Helsinki. Las actividades docentes requerirán, así mismo,  consentimiento expreso del paciente.
  • Correcto funcionamiento de los servicios asistenciales y administrativos, y a que la estructura de la institución proporcione unas condiciones aceptables de habitabilidad, seguridad y respeto a su intimidad.
  • En caso de hospitalización, a que ésta incida lo menos posible en sus relaciones sociales y personales. Para cumplir esto, el hospital facilitará un régimen de visitas lo más amplio posible, el acceso a medios y sistemas de comunicación y de cultura y la posibilidad de actividades que fomenten las relaciones sociales y el entretenimiento del ocio.
  • Recibir toda la información que desee sobre los aspectos de las actividades asistenciales que afecten a su proceso y situaciones personales.
  • Conocer las vías formales para presentar reclamaciones, quejas, sugerencias y en general, para comunicarse con la administración de las instituciones. Tiene derecho, así mismo, a recibir una respuesta por escrito. 
  • Ser dado de alta voluntariamente en cualquier momento después de firmar el documento correspondiente, excepción hecha de los casos recogidos en el punto quinto de derechos.
  • Conocer las posibilidades de recuperación de su enfermedad. El hospital proporcionará la ayuda necesaria para su preparación durante la muerte, en sus aspectos materiales y espirituales.
  • Que las instituciones Sanitarias le proporcionen:
    • Una asistencia técnica correcta, con personal cualificado.
    • Un aprovechamiento máximo de los medios disponibles.
    • Una asistencia con mínimos riesgos, dolor y molestias psíquicas y físicas.